Cómo elegir un emisor térmico para tu hogar.
Cómo elegir un emisor térmico para tu hogar
Cuando nos disponemos a instalar un emisor térmico en casa nos damos cuenta que existen varios tipos y diferentes potencias.
Por ello y para acertar en tu elección, has de tener claro el tiempo de uso que va a tener el emisor y la potencia óptima a instalar para los m² de la estancia a calentar.
Espera, ¿qué? Expliquemos esto más detalladamente.
El tiempo de uso delimitará el tipo de emisor que instalaremos. Por tanto, antes de escoger un tipo u otro de emisor, hemos de pensar cuánto tiempo queremos que se mantenga el calor en la estancia.
Los tipos de emisores térmicos del mercado
Por un lado nos encontramos con los emisores “secos”. Estos emisores, son los más rápidos a la hora de proporcionar calor pero también los más fugaces (apenas mantienen el calor).
Si necesitas que proporcionen calor durante más de una hora, este emisor no es para ti.
El segundo tipo de emisor es el “termofluido”. Estos llevan en su interior una resistencia que al calentar el termofluido del interior (aceite o algún otro fluido de elevada inercia térmica) se expande, y en pocos minutos el calor es transmitido por toda la superficie del radiador.
Por último tenemos el emisor “refractario”. Estos emisores son los que más tardan en alcanzar la temperatura máxima, sin embargo, son los que mantienen el calor durante un periodo de tiempo más prolongado. La peculiaridad de este emisor es que es una piedra la encargada de acumular el calor que será transmitido al radiador. Los hay de diferentes materiales: de piedra volcánica, de cerámica…
¿Cómo escojo la potencia del emisor térmico?
A la hora de establecer la potencia hemos de tener en cuenta el área de la estancia a calentar.
Te recomendamos que calcules que por metro cuadrado de la estancia que vas a querer calentar, vas a necesitar de 80W a 100W.
Ten en cuenta que, para estancias mayores (a partir de 20m²), será mejor repartir el calor instalando más emisores que sumen la potencia total que necesitamos. De este modo el calor se repartirá por toda la habitación de forma más equitativa evitando dejar zonas frías.